Allí
estaba yo, uno de esos días de paseo, disfrutando del paisaje, de lo que nos
ofrecía nuestra muy querida ciudad de Montreal…cuando de repente, pasó. Yo lo
ví, y sentí que él también me vió. Todo se congeló a mi alrededor…ni siquiera
la presencia de mi esposo pudo contenerme….no podía creer que lo volvería a
ver…que podría sentir su olor, tan especial que siempre lo quería tener
cerca…mis labios aún recuerdan su sabor….PAPELON DE MI CORAZON!!!!
Cuando
uno le gusta cocinar, siente así…(o qué creyeron que era???) una de esas cosas,
(de las muchas) que uno deja en su tierra y cree que no volverá a ver…mi
“primer” reencuentro con el papelón, fue paseando por el Marché Jean Talón, ya
que en sus alrededores hay locales de comida y venta de productos árabes,
latinos, asiáticos y demás…hay que meterse en ellos es mi primera recomendación:
“Jurungarlos” (revisarlos) …hay mucho que ver, y nos encontramos sorpresas como
estas. Descubrimos que tanto en México como en Colombia se consume y produce el
papelón, con el nombre de Panela….qué maravilla! Recuerdo que lo primero que
preparó mi esposo fueron unos golfeados absolutamente deliciosos…me
transportaron en el tiempo a “los Golfeados del Junquito”mmmmm….así, despues lo
que hice es que lo convertí en Melao de Papelón, el cual utilizo cada vez que
cocino granos, cualquier guiso, lleva su toquecito dulce y especial, que solo
el papelón puede dar.